Le clavaron la pata de una silla en el ojo y sobrevivió sin daños cerebrales ni en la vista.
El chico, un estudiante de 19 años, llegó al hospital con la pata de una silla metálica clavada diez centímetros a través de su cabeza y hasta su cuello, donde había seccionado parcialmente una arteria. Salió 19 días después de ser ingresado sin ningún daño en el cerebro ni pérdida de visión.
Fue herido durante una pelea en un bar de Melbourne. Sus médicos y familiares no se creyeron que fuese a sobrevivir, su recuperación fue un milagro (palabras de los cirujanos). En una complicada intervención de 3 horas, los médicos extrajeron el metal, que se encontraba peligrosamente cerca del cerebro, a través del lado derecho del cuello del estudiante.
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