Un hombre estuvo tres años con un cuchillo clavado en la espalda sin que los médicos se diesen cuenta.
El hombre se quejaba de un fuerte dolor en la espalda que sufría tras haber sido apuñalado años atrás. Los médicos nunca le realizaron una radiografía, solo le cosieron y le dijeron que el dolor se debía a que los nervios estaban dañados tras el ataque. Se le terminó formando un bulto doloroso en la espala. Cuando lo tocó recientemente notó algo raro.
Su uña tocó la punta del cuchillo que estaba bajo su piel, haciendo un ruido que le alertó de que algo raro pasaba. Su novia le echó un vistazo al bulto y descubrió que el hombre tenía una cuchilla clavada. En el hospital se le extrajo un trozo de cuchillo de 7.6 centímetros.
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